31 enero, 2008

Tomás Schumacher

Entra por la puerta grande de la galería de personajes ilustres de este blog otra de esas personas anónimas para el gran público que dejan de serlo en el momento en que abren la boca o hacen algo y la cagan: Tomás Delgado Bartolomé.

El amigo Tomás era un industrial anónimo hasta que en 2004 su Audi A8 y un joven ciclista se cruzaron. Como no podía ser de otra manera la batalla la ganó el Audi que acabó con la vida del pobre ciclista de 17 años, aunque no acabó bien parado y necesitó digamos que una manita de pintura de 20.000 €.

Nuestro héroe particular tuvo una brillante idea: Como el niñato no me va a poder pagar la reparación que la pagen sus papás. Así que demanda al canto.

Y así hemos llegado a estos días, con unos padres destrozados por la perdida de un hijo y alucinados por la demanda y un alegre industrial frotandose las manos ante la posibilidad de llenarse los bolsillos con 20.000 € de vellón y quejandose de que los medios de comunicación lo acosan.

Sorprendentemente la razón a prosperado en este caso: Retirada de la demanda, pago de los costes del juicio y la familia del fallecido pensando contraatacar con otra demanda que lo lleve a la carcel.

Por esto y por declaraciones como "Yo también soy una víctima en todo esto, lo del chaval no se puede arreglar, pero lo mío, sí" Tomasín entra de pleno derecho en el grupo de personajes indeseables que pueblan la faz de este planeta.


Girasoules - Contra la pared

1 comentario:

Dani dijo...

No se que se le pasa a ese hombre por la cabeza. Agradecido tenía que estar de no estar en la cárcel y no pensando en lo que le costó arreglar el maldito coche.