07 abril, 2008

Welcome to the Feria of Seville


Ya llegó. Ya está aquí. El mes de abril y con él, tempranera y pasada por agua, la Feria de Sevilla 2008.

Que esta feria está hecha a medida de los nativos no cabe discursión alguna. Es su feria y hasta ahí podíamos llegar. Otro tema es que para los residentes menos gustosos de esta celebración pagana, esta semana se convierta en casi un infierno sin comerlo ni beberlo. Pero no voy a entrar en esto.

Lo que siempre me ha intrigado es que se venda al resto del país y parte del extranjero esta semana como un motivo para venir a visitar la ciudad. Vengan todos a la Feria, son ustedes bienvenidos.

¿Realmente es así? ¿La feria también está hecha para la gente de fuera?

Supongamos que vienes de algún lugar lejano y pintoresco, pongamos Alcorcón. Nada más llegar ya te das cuenta que los precios medios de los hoteles se disparan. Venir en otras épocas del año sale mucho más económico, pero bueno es Feria.


Supongamos que estás en plan guiri total y decides, antes de pasarte por la feria, hacer una visita por el casco antiguo; con tu paseito en coche de caballos y comidita en alguna taberna típica.
Vuelta a mirar el bolsillo y vuelta a darte de bruces con la realidad. El paseito se te ha duplicado por ser feria y en la magnífica taberna típica te han clavado con un supuesto menú típico sevillano de fería regado con las mejores manzanillas aguadas de la comarca.

Te resignas, pero enseguida te vienes arriba. Ha llegado el momento de visitar la feria. Esa magnífica feria de la que tanto has oido hablar y en la que vas a disfrutar de esa hospitalidad sevillana famosa en el mundo entero.


Y al llegar te vuelves a dar el ostión padre. Más de 1000 casetas y no más de 20 de libre acceso- un 2%, un jodido 2% es lo que vale la hospitalidad sevillana.
Tienes dos opciones, o volverte por donde has venido o ya que estás aquí por lo menos vamos a disfutar. Te abres paso como puedes en alguna de las casetas públicas, consigues milagrosamente una mesita en menos de media hora, otra media hora para pedir algo de comer- caro, escaso y de no muy buena calidad- nuevamente acompañado por ese experimento líquido que es el rebujito y a hacer tiempo hasta que esa juventud incomprendida por su generación que tiene el gusto de compartir caseta contigo comienza una batalla campal de lanzamiento de botellas y sillas de madera plegables entre ellos.

Al salir con 500€ menos en el bolsillo, metio taja y con los bajos del pantalón llenos de albero piensas que el año que viene mejor a Siberia.

Y ha comenzado otra vez a llover. Por lo menos parece que no va haber sequía este año.


Najwajean - Death

1 comentario:

Dani dijo...

Pues si, es algo curioso que la feria de Abril se venda como que todos pueden ir a ella y disfrutarla cuando luego la inmensa mayoría de las casetas son privadas, las públicas están abarrotadas y resulta carísimo cualquier cosa que te tomes.

Es una pena, porque si realmente fuera como se cuenta sería una muy buena fiesta, pero lo cierto es que a menos que tengas caseta en el Real, no tienes nada que hacer.

Hace unos añitos, no se si porque la mente de un niño ve las cosas de otra manera, creo recordar que la Feria no era tan "dificil" de visitar.