30 julio, 2009

Leyenda urbana: La tarjeta desactivada

Cuentan las historias que Joselito se dirigía como cada mañana a la factoría de su empresa. Con cara de sueño por el madrugón pero con las ganas habituales de cumplir religiosamente con sus quehaceres.

No se sabe bien si aparcó el coche antes o lo pensaba dejar en el aparcamiento interior de la empresa. Lo que si que nos ha llegado en todas las versiones de la historia es que al aproximar su tarjeta (quizá de proximidad) para acceder al recinto la dichosa maquinita decía nones.

Lo intentó en varias ocasiones pero en todas recibía la misma contestación por parte del cacharro de entrada.

Estará estropeada, pensó en un primer momento. Nunca se le pasó por la cabeza que le había afectado el ERE aprobado el día antes y que, curiosamente, no le pudieron comentar el día anterior para así evitarse el madrugón y el mal rato. Bueno quizá solo el madrugón. El mal rato que se pasa en un despido sin sentido no se olvida (ni perdona) tan fácilmente.

Lo curioso de esta leyenda urbana es que aparece publicada aquí.

Luego sorprende que circulen otro tipo de leyendas.


Vicente Prats - Todo parece distinto si no estás

2 comentarios:

Laura dijo...

Y la cara de gilipollas que se te tiene que quedar...

Anónimo dijo...

Pues en mi caso no se si se cumpliran las previsiones. Pero de momento hoy no me pasaba la tarjeta del torno :S.

Esta tarde sabremos.