14 mayo, 2010

Damnâtiô (XV)

Eran las once de la noche en punto cuando Alberto y Elena se encontraron frente a la casa de Salvatore. Entrar no sería ningún problema ya que disponían de una copia de las llaves que tiempo atrás le había facilitado el propio inquilino por si, despistado como era, perdía su copia.


Subieron los tres tramos de escalera que les separaba del ático sin hacer ruido y con las luces apagadas. No querían que ningún vecino reparara en su presencia y alarmados por los hechos ocurridos, que sin duda habían corrido como la pólvora por todo el edificio, llamaran a la policía y diera al traste con sus planes.


Frente a la puerta, cortando el paso  intrusos, seguía estando la cinta policial que indicaba que allí no estaba permitido entrar sin la autorización de las fuerzas del estado. Antes de girar la llave del piso Alberto respiró profundamente. Después abrió la puerta y salvando el obstáculo de la cinta se introdujo en el apartamento con decisión. Elena entró detrás.

(Continuará...)

No hay comentarios: