25 enero, 2010

¡Que Ascó!



Ya estamos como siempre. Todo el mundo quiere disfrutar de las ventajas de la energía nuclear pero nadie quiere hacerse cargo de la mierda. Luego si les cortan la luz se quejan. Me recuerda a aquellos ecologistas de pacotilla que se quejaban de los molinos de viento (los modernos, no los quijotescos) porque afeaban el paisaje.

Me estoy refiriendo al follón que se ha montado sobre la ubicación de un nuevo cementerio nuclear. Esos vecinos y políticos (de Yebra, de Ascó,...) que disfrutan de bombillas, calefacciones, televisión, lavadora, frigorífico, vitrocerámica y demás comodidades de la vida del siglo XXI ponen ahora el grito en el cielo y se preguntan porque tienen que ser ellos los que se encargen de lo menos deseable de sus comodidades y no otros. ¿Y por qué no? Saben lo que les digo, que yo ofrezco mi minipiso para el cementerio nuclear. Ya buscaré el hueco.

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