14 abril, 2010

Guerracivilismo y otras gilipolleces


Hoy es 14 de abril. Tal día como hoy de hace 79 años se instauró en España la II República. No era perfecta pero era la democráticamente elegida por el pueblo soberano.

En el año 36 hubo quien decidió que eso no molaba y se levantaron en armas. Cuando una cosa así sucede lo más lógico es que el poder establecido en la legalidad se intente defender de la agresión. Acto seguido el pueblo se posiciona de un lado o del otro. Y ya tenemos montada una guerra civil.

En una guerra no hay buenos y malos pero lo que si hay es quien la provoca y quien no tiene más remedio que meterse en ella. Lo de la otra mejilla cristiana es una soberana gilipollez. Además se aprovecha para hacer tropelias y cobrar venganzas pendientes utilizando la misma como excusa, por ambos bandos y con los cementerios llenos las cunetas son buenos sitios para esconder las pruebas de dichas tropelias.

Una vez que uno de los bandos gana el perdedor ya sólo es este el que continúa con sus ajustes de cuentas.

40 años después y con todo atado y bien atado volvió la democracia y se consideró que lo mejor era no remover toda esa mierda para evitar que la historia del 36 se repitiera.

Han pasado casi 35 años desde aquello. Se podría decir que la democracia está lo suficientemente madura para que sea hora de saldar cuentas y limpiar cunetas. O eso sería lo lógico. En cambio en cuanto se han empezado a dar los primeros pasos los herederos del bando ganador del 36 utilizan la justicia en la que no creen para intentar, y tristemente parece que lo están consiguiendo, impedirlo.

Me refiero, claro está, a la imputación de Garzón por intentar investigar los crimenes del franquismo tras la denuncia de asociaciones ultraderechistas. Desde el extranjero alucinan (y no es para menos) mientras la derecha más rancia del pais los acusa de no tener ni puta idea y pedir que se metan en sus asuntos, sindicatos y gente de izquierdas le dan su apoyo al juez y tachan de vergüenza democrática dicha imputación mientras esa misma derechona se le llena la boca con terminos como guerrcivilismo y otras gilipolleces.

Y es que en este país parece que hay cosas que todavía nos avergüenzan y no son las que deberían. Al menos a los de siempre.

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