24 mayo, 2010

Damnâtiô (XVIII)

Un leve golpe bastó para que el cajón dejara al descubierto un falso fondo. Ante sus ojos, al iluminar el interior con la lintera, apareció una nueve milímetros y debajo de ella el deseado manuscrito.


La presencia del arma no les extrañó en absoluto. Salvatore había sido siempre muy desconfiado. Alberto lo guardó todo en la mochila que traía consigo y decidieron no permanecer por más tiempo en aquel piso. No deseaban que ahora que tenían lo que habían ido a buscar nadie les sorprendiera in fraganti.


Antes de salir al descansillo se cercioraron mirando por la mirilla de la puerta de que no había nadie fuera. Volvieron a sortear el precinto policial y cerraron con mucho cuidado.


No acababan de bajar el primer tramo de escalera cuando a su espalda oyeron un ruido.

(Continuará...)

No hay comentarios: