25 mayo, 2010

Damnâtiô (XIX)

El pánico se apoderó de ellos. Sin mirar atrás empezaron a bajar atropelladamente los escalones saltando de dos en dos. Despues de tres en tres. Alberto se agarraba a su mochila como si su vida dependiera de no perderla.


Elena iba detrás. Varios escalones los separaban. Ella no tenía tanta pericia en el descenso. Las piernas se le habían agarrotado por el miedo y le constaba seguir el ritmo de Alberto. Llegando al segundo piso resbaló cayendo hacia atrás con tan mala fortuna que se golpeó la nuca contra el borde de un escalón.


El ruido de las carreras y el del golpe de Elena contra el suelo alertó a los vecinos que empezaron a salir de sus casas. Unos con cusriosidad, otros con recelo, nerviosos todos ellos.


Alberto había llegado hasta la calle y seguía corriendo sin haberse percatado de que Elena ya no lo seguía.

(Continuará...)

No hay comentarios: