31 mayo, 2010

Damnâtiô (XXIII)

Alberto observaba desde la esquina como se alejaba la ambulancia. Cuando se dio cuenta que Elena, ni nadie, le seguía en su frenética carrera comenzó a desandar el camino y se encontró con el espectáculo.


En ese momento se dio cuenta que el número de muertes había aumentado por culpa de los papeles que aún sujetaba contra su pecho dentro de la mochila. Se había quedado sólo. Él desde el principio no había sido partidario de ocultar el descubrimiento y la trágica muerte de sus dos amigos le confirmaba lo nefasto de la idea.


Pero ya era tarde para lamentarse y echarse atrás. Debía llegar al fondo del misterio y para eso tendría que revisar el mismo el legajo y re-descubrir lo que Salvatore no le llegó a contar por teléfono la noche de su muerte.

(Continuará...)

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