29 agosto, 2011

De Peces Y Otras Memeces




Cuando coges un pez debes cerciorarte de que al dejar de coletear esta realmente muerto. Un buen golpe contra el suelo. Zas! y derecho al cubo. De lo contrario puede suceder que en el último momento se espabile y de un salto vuelva al rio dejandote con la caña descompuesta y sin presa y con cara de gilipollas.

Algo parecido es lo que esta pasando en la actualidad. Tras anunciarse el adelanto de las elecciones el presidente desapareció del foco público dejando la sensación de que el merluzo ya estaba muerto y en el cubo y que hasta el 20-N no habría que volver a echar la caña. Pero nada mas lejos de la realidad. Aturdido por el golpe pero todavía con vida el merluzo se ha revuelto con una reforma exprés de la Constitución y nos ha dejado con cara de gilipollas a todos. Bueno a todos no, a los de siempre.

Con el beneplácito de las hordas neocon patrias y bajo la batuta de alemanes y franceses, si el sentido común de los poco diputados de izquierdas de verdad que quedan en el congreso (con cojones) no lo impide, en cuestión de quince días el artículo 135 de nuestra carta magna reflejará la imposición de que el gasto público no pueda superar el techo que establezca el meapilas de turnp de Bruselas que corresponda.

Esta reforma la piensan hacer a pelo y sin referéndum que valga como se pide desde diferentes plataformas y sectores de la sociedad. Porque es legal, faltaría mas, y porque siguen con la idea equivocada de que toda accion que tomen la tienen legitimada por un papelito que cuatro años antes metimos los que venimos a ser la plebe en una urna. Se olvidan de que representan y se deben a los ciudadanos en todo momento mientras tengan un cargo público que todos les pagamos.

Se les llena la boca con gilipolleces del tipo disciplina de partido y lealtad al líder. La lealtad, grandisimos hijos de puta e hijas de puta, se la debéis a quien os ha puesto donde estáis con su voto no con su dedo. Y lo mínimo que se espera en estos casos , por simple salud democratica, es que se nos permita elegir a todos si queremos o no cambiar 33 años de leyes fundamentales y en que queremos cambiarla (por ejemplo una ley electoral mas justa). Cualquier otra cosa es una meada fuera del tiesto constitucional y arrieritos somos y el 20-N nos encontraremos.

Por cierto, la próxima vez que vayáis a pescar aseguraos que el merluzo esta bien muerto y si es necesario darle otro golpe se le da y punto. Que luego pasa lo que pasa.

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