29 abril, 2010

Damnâtiô (IV)

La norma establecida, tanto por la empresa que llevaba la rehabilitación, y por la cual estaban becados, como por el organismo oficial, era clara. Todo lo que se encontrara durante los trabajos pertenecía y debía entregarse de inmediato a la Junta de Andalucía.


El primer error, que al final terminarían pagando muy caro, fue echarle un vistazo al contenido de los documentos encontrados. El segundo, la decisión de Salvatore de saltarse las reglas y decidir, con la complicidad de Elena, llevarse los papeles a casa para estudiarlos con más detenimiento.

Alberto, que era la tercera pieza de esta historia, no estaba de acuerdo, pero el cariño que profesaba hacia Elena y la admiración por Salvatore le hicieron permanecer callado y dejarles conspirar.

(Continuará...)

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