27 mayo, 2010

Damnâtiô (XXI)

Marquinez llegó en mitad del alboroto. Alrededor del cuerpo bañado en sangre de Elena se agolpaba un corrillo de vecinos en bata y pijama.


Tras identificarse como comisario le informaron que ya habían llamado al 112 y que estaría al llegar. Les ordenó que no tocaran nada y regresaran a sus casas, que un agente les tomaría declaración más tarde.


Cuando llegó la patrulla y la ambulancia sólo pudieron certificar la muerte de la chica y tomadas las pertinentes declaraciones a los vecinos ninguno de ellos sabía nada. Hasta las carreras escaleras abajo y el gran golpe no se habían percatado de nada. Era bastante tarde y todos se encontraban ya en la cama.


Esta nueva muerte complicaba la investigación pero Marquinez no se desanimaba. Sabía que la clave estaba en el piso y a eso había venido.

(Continuará...)

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