"Cuando subió a aquel tren iba nervioso. Hacía meses que la había conocido en internet y desde entonces todo su mundo giraba en torno a ella.
Por eso aquella mañana fue hasta la estación y compró un billete sólo de ida con dirección a su futuro.
Durante el trayecto hacía planes. A sus dieciocho años pensaba que se comería en mundo junto a ella.
Al llegar a su destino debía estar esperándolo, pero por más que buscó a su alrededor no la vio. Mientras pensaba como volver a casa comprendió que había madurado de golpe."
Relato con el que participé en el IV Certamen de relatos breves de Cercanías Madrid RENFE y con el que me he vuelto a llevar un chasco.
2 comentarios:
Qué triste....
¡La madurez de golpe es una gran putada!
Suerte tenemos los que todavía no hemos crecido.
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